O la vuelta de Frank Miller al personaje que lo convirtió en leyenda; esta vez el afamado y genial autor estuvo acompañado a los lápices por el popular Jim Lee. Ambos consiguieron una obra redonda. Una nueva versión, más cínica, sardónica, violenta y salvaje, de el caballero oscuro. Algo por lo que se criticó a la obra, crítica que llegó de los sectores más tradicionales y represores. Quién no ve en este cómic una pequeña joya del noveno arte, es que no sabe distinguir un buen cómic aunque se lo dibujen en la cara.
Es cierto que es una obra diferente a todo lo expuesto, un alegato contra todo lo corrupto, una sangrienta patada en la boca a todo lo establecido, como ya dije en Marshal Law, eso es lo que es este Batman All Star. Aunque más bien debería titularse como en el original, Batman y Robin All Star, ya que sin duda buena parte del protagonismo de la historia recae en el joven Dick Grayson. Se nos contará su historia, su sufrimiento, y su nacimiento como chico maravilla.
En el apartado gráfico Lee cumple con creces, llegando incluso a superarse en algunas páginas, regalándonos una estampa de Gotham, cruda y sucia. Y en cuanto a la narración Miller, consigue reencontrarse consigo mismo, empatizando más que nunca con el personaje; más lunático, histriónico, y paranoico que nunca, llevando a sobrepasar los límites de la legalidad en uns sin fin de ocasiones, un fuera de la ley en toda regla, el héroe que Gotham necesita. Para el recuerdo la escena con Green Lantern y la habitación amarilla. Lástima que la historia quedase incabada, aunque los autores han prometido terminarla.
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