¡A la mierda con el
poder!
¡A la mierda con la
ley!
¡A la mierda con la
moral!
¡A la mierda con las
religiones!
¡A la mierda con
todo lo establecido!
¡A la mierda con la
humanidad!
Desenvainad las
espadas que traen la muerte carmesí, y escuchad al profeta proferir rancios
alaridos de pasados, presentes y futuros. Ved cómo el rebaño ignorante se
pierde en caminos angostos y oscuros. Marchad hijos del odio y el prejuicio;
que con vuestros amargos rostros constreñidos por la represión autoimpuesta
saqueáis el fértil vientre, salinizáis los campos de la cultura, y abrasáis las
ideas de mentes iluminadas. Debéis parar la sobrepoblación de visionarios,
asesinad sus retoños y vaporizar su semilla. Recoged el fruto robado y llenad
la barriga del becerro dorado. Manteneos firmes y no cedáis el terreno de
vuestra ideología. Habéis escogido el camino acertado, recto y sin curvas, que
os llevará hacía el trono enjoyado, donde os estarán esperando sus pies
purulentos. ¡No os escuchan, malnacidos! ¡Gritad sus nombres! ¡Alabad sus
nombres! ¡Excitaos con sus nombres! ¡Satisfaced su vanidad!
Bastardos de alma
atrofiada, vengadores de sucursales quebradas. Viejos billetes empapados con la
baba de proletarios sedientos de bienestar vendidos al mejor postor. Futuros
inconexos, pasados olvidados, y presentes tergiversados. La mentira reina en un
mundo de ignorancia. Gritan creedores de la razón absoluta; miles de millones
de vástagos bastardos de la verdad vociferan mentiras cultivadas.
Tragaos sus
mentiras y, ahogaos en ellas.
Elogiad sus triunfos
y, olvidad los vuestros.
Defecad en la
justicia y, votad sus leyes opresoras.
Reíd sus gracias
vacías y, humillad al escéptico. (No olvidéis que no es más que un lunático
fugado del manicomio).
Ladrad vuestras
peticiones, y ellos os amordazarán con mordazas adoctrinadoras, ya que no sois
más que sus mascotas adiestradas para guarecer su poder.
El hogar está lejos,
y ellos sólo os piden un poco más. Esfuerzo y trabajo en pos de un futuro
rebosante de vacuidad.
Suena la vieja
melodía, suena la premonición del pasado. Utopía de vientos paralizantes.
Vengadora de sueños incumplidos. Nos
conocimos en una situación comprometida, tú llevabas un cuchillo, yo sujetaba
tu corazón. Olvídate de las melancólicas canciones de amor y esperanza. No
son más que palabras vanas. Jamás serán cumplidas. En cambio, lo que ellos os
ofrecen, es tangible y posible. Vended vuestras carcasas vacías. Servirán para
construir el imperio.
Seguid llorando. Me
encanta escuchar vuestros llantos y súplicas de ayuda. Reíos ahora de las
verdades. Reíos ahora de las complejas conspiraciones; reíos ahora que tenéis
el Ojo escamado sobre vuestros escocidos culos. Sentid el amor de vuestro amo
fluyendo por la correa oxidada. Cuanto más aprieta más se excita. Su semilla infecta
riega los fértiles receptáculos, trayendo a la vida engendros del sistema,
devoradores de almas frágiles. Todo es parte del espectáculo; todo forma parte
de la gran mentira que nos han contado siglo tras siglo. Revoluciones,
reyertas, cambios de poder, mártires, profetas y mesías; todo es parte del
juego, nada de ello está fuera del guión; válvulas de escape, leyendas que nos permiten
seguir caminando con la esperanza en nuestros ojos vidriosos. Alabar sus
gestas, es alabar la mentira establecida, es aceptar su juego. Un juego en el
que nosotros no somos ni siquiera piezas del tablero, sino que somos los que lo
sostienen, mientras los Dioses terrenales se reparten el mundo. Por lo que no
importa, ya hemos perdido, y ellos han ganado. Siempre ganan. Nuestra suerte
está amañada desde hace eones; hormigas obreras del orden cósmico; caminos de
estrellas y cruentos estómagos; Dioses lejanos y pérfidos sueños estelares. Ahora,
no importa, seguid alabando el progreso futuro; es parte de la condición
humana.
Kingur Friedrich
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