Etiquetas:

Qué difícil es ser Dios

http://www.gigamesh.com/coleccion.html



Allí donde triunfa el gris, la negrura acaba llegando al poder
–Rumata de Estor

Qué difícil es ser Dios se sitúa en una lejana era de los viajes espaciales cuando los científicos terrícolas del Instituto descubren vida humana en un planeta.

La misión de los exploradores –entre los que se encuentra nuestro protagonista, Antón– es observar y grabar desde la objetividad antropológica el comportamiento de esta nueva sociedad del Reino de Arkanar, que se encuentra empantanada en una organización feudal.

Antón, bajo la identidad del aristócrata Don Rumata de Estor, saboreará el néctar de los dioses al enfrentarse a una civilización de carácter medieval, pero también sufrirá la impotencia divina de no poder intervenir en el curso de los acontecimientos.

Rumata se mezcla con el populacho adoptando la forma de vestir, lengua y hábitos de Arkanar mientras graba en vídeo todo lo que sucede a través de una discreta cámara que transmite las imágenes a una nave espacial en órbita.

Don Reba, el primer ministro del reino, conspira contra el rey para hacerse con el poder de Arkanar, lo que conllevará la instauración de la inquisición y la persecución de intelectuales, artistas y alquimistas. Un ejército de monjes armados con hachas patrullará día y noche las calles «En el nombre del Señor», eliminando a cualquiera que no porte la marca de divina.

Arkanar se verá sumido en un Ordo ab Chao dirigido a la consecución de un nuevo orden, el orden de Don Reba y sus monjes soldado.

Rumata comenzará a perderse poco a poco entre la violencia y la brutalidad, el asesinato, la tortura, la intriga política, la guerra santa, el crimen, la ignorancia y la traición.

Los investigadores del Instituto urgen a Rumata a centrarse en la investigación pero los acontecimientos de Arkanar le superan y se implica personalmente no sólo haciendo de Don Reba su enemigo número uno sino también enamorándose de Kira.

Qué difícil es ser Dios se publicó en 1964 durante el denominado Deshielo soviético. Aún así, el panorama literario comenzó a recongelarse en 1963 cuando la rigidez del realismo socialista y del materialismo científico del Soviet –el Instituto es un fiel reflejo– hizo que el editor habitual de los hermanos Strugatski rechazara la obra.

Aunque los Strugatski pretendían escribir una novela ligera de ciencia ficción con personajes bravucones, maestros de la espada, damiselas en apuros y enredos de taberna, temieron una vuelta a la época soviética más oscura de eliminación de disidentes y escritores inconformistas, de modo que decidieron disfrazar la realidad totalitaria bajo una novela de intrigas palaciegas y aventuras interplanetarias –además de cambiar, por ejemplo, el nombre de Rebia, anagrama de Beria, jefe de la NKVD, por Reba.

En una brillante crítica social, no sólo los miembros del Soviet caen bajo la artillería de los Strugatski sino también –y mediante cargas de profundidad– sobre el «populacho hediondo» en su apego al «peso abrumador de la tradición y las reglas del gregarismo, santificadas por los siglos, inmutables, infalibles, accesibles para el más zoquete de los zoquetes y que eximen de la necesidad de pensar e interesarse por algo».

Como bien señala la cita que abre esta reseña, el enemigo del pueblo a menudo es el propio pueblo. Y, como diría Le Bon, las masas son las propias destructoras de la cultura, la mayoría de las veces sin que ningún sanguinario líder se lo ordene. La multitud adquiere autonomía propia, suprimiendo al individuo y actuando, como se refleja a la perfección en Qué difícil es ser Dios, de forma mezquina, siniestra y brutal.

En palabras del propio Boris Strugatski: «…si nosotros entendemos el comunismo como un mundo de libertad y creatividad, para ellos es una sociedad en la que la población ejecute inmediatamente y de buen grado todas las órdenes del Partido y del Gobierno».

Traducida a varios idiomas, Qué difícil es ser Dios sería la novela de los Strugatsky más vendida, sólo por detrás de la maravillosa –e inspiradora de grandes obras posteriores como Stalker de Tarkovski– Picnic junto al camino.
 



Qué difícil es ser Dios
Autores: Arkadi y Boris Strugatski
Ediciones Gigamesh
Rústica
Páginas: 192
Precio: 16 €



0 comentarios :

Publicar un comentario