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Batgirl, la chica murciélago de Burnside




Tras los desaguisados y fracasos perpetrados por los guionistas anteriores en la colección de Batgirl, DC decidió dar un giro a la colección cambiando el aspecto y a los responsables de la misma. En un claro intento de agradar al actual y efímero lector de cómic, han sumido a Barbara en el artificial y "modernista-vintage" mundo actual, plagado de superficialismo, tecnología e hipocresía, aparentando estar en la onda, pero como ya le pasó en su tiempo al "bueno" de Stan Lee, los adultos de cuarentaytantos años escribiendo la vida de chavales de veintitantos están más perdidos que Bach en la Maná, y no hacen más que mostrar su desconocimiento en la materia, mostrando un segmento de la juventud representativa de la mayoría estupidicida, y por lo tanto creando una sensación de frustación y hastío en lectores con intereses más transgresores y atrevidos. 

No estamos más que ante otra moda como ya pasó en los noventa, una época en la que estaban de moda aquellos tíos hiperhormonados con armas ciclópeas, y jamelgas de buen ver, cuyo poder más representativo era el increíble dominio del arte de la peluquería, y no hablo de Vertigo y editoriales independientes, que supusieron, sin lugar a dudas, el cénit del mundo de los cómics, sino de la mayoría de obras que se publicaban dentro del género superheroico, y como en aquel entonces, hoy asistimos a otra moda, la de los listillos de gafas de pasta, barba de dos metros, ojos pintados, tatuajes hasta en el culo, móviles de última tecnología y subnormalidad inexorable. Creyéndose "cool" debido a su minimalista y colorista dibujo, que no es más que la copia barata del arte de los sesenta, y a los temas superficialmente tratados, nos bombardean con su filosofía Mac, desterrando, como toda buena moda, a los atemporales a una esquina oscura e incomprendida, en la que por qué no decirlo, nos sentimos la mar de bien. Pero he ahí que no está el problema, sino en la tendencia del medio a mimetizarse y creer que en ello está el éxito, dejando a un lado las buenas historias, y a los fieles compradores de cómics. 

Tras esta letanía auto compasiva paso a narrar los hechos que acontecen en la nueva y fashion colección de Batgirl: "Barbara decide tras una época convulsa, alejarse de su ambiente, y residir en el distriro de Burnside, en donde reina una cultura "cool" y "buen rollera", sinónimo de gente moderna. Ingresa en la universidad con el objetivo de acabar su tesis, y se instala en un piso de chicas guays, creyendo dejar los problemas que la atormentaban atrás, lo que no entiende la pequeña Gordon es que los problemas nunca pueden dejarse atrás, por lo que aprenderá a las malas que hay que afrontarlos, pareciendo olvidar todos los desaguisados en los que se había visto envuelta con anterioridad. Nuevos villanos, nuevos amigos, y una Batgirl más inmadura y frívola será lo que nos aguarda tras estás páginas de gélida purpurina".

Ya sé que mi opinión importa una mierda y parte de la otra, así que podéis pasar de mi cara, y sumergiros en esta "despampanante y flamante nueva serie", y disfrutar de sus ingeniosas aventuras.

Eso sí, aburrida e instrascendente hasta decir basta.

Así que sin más amantes de los cómics, bienvenidos al mundo artificial de las redes sociales, y aparentad que la cultura os importa. 

Batgirl, la chica murciélago de Burnside
Autores: Cameron Stewart, Brenden Fletcher, y Babs Tarr. 
Editorial: DC/ECC
Rústica
Páginas: 144
Precio: 13,95 €

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