Corrían los años sesenta; la Beatlemanía infestaba las calles, Kennedy, King, y un sinfín de autoridades más habían sido asesinadas, la guerra de Vietnam comenzaba a aparecer en los televisores, Y mientras tanto, en España disfrutábamos de una férrea dictadura almidonada, pero esa es otra historia. No obstante, entre tanta convulsión se podía atisbar un pequeño e insignificante halo de iluminación; la juventud, movida por el amor y una gran cantidad de alucinógenos en la sangre, salía a la calle a defender su libertad y protestar contra la injusticia. Eran los tiempos de la cultura Hippie, el amor libre, y el LSD. Sin embargo, el desengaño y el pesimismo estaban a la vuelta de la esquina, y en un futuro no muy lejano, acabaría con tanta "buena voluntad".
He aquí, que un par de jóvenes comenzaban a dar sus primeros pasos en la industria del cómic, con la mejor o peor de las fortunas, Dennis O´Neil y Neal Adams buscaban hacerse un hueco en este mundo minoritario y reservado para soñadores de tendencias compulsivas.
Dennis cató diferentes editoriales antes de recalar en DC, al igual que su pareja de baile, aunque el de Misuri con peor fortuna, ya que tuvo un paso efímero por las editoriales Marvel y Charlton, hasta dar con sus huesos en la editorial decana del género de superhéroes. Por su parte, Adams tras sus legendarios números en Warren, recaló en la colección de los X-Men, sustituyendo con gran éxito a Jack Kirby, que por aquel entonces gozaba de una tremenda y merecida popularidad junto al mediocre Stan Lee por la creación del universo Marvel; Adams llegó a deslumbrar a los lectores con su trazo limpio y detallista, llegando a convertirse en el preferido de la colección, y el autor que mostró por primera vez el rostro de Magneto. Pero tras el cierre de la colección, y un par de soberbios trabajos realizados para la línea de terror de la editorial, fue a dar con sus huesos a DC, coincidiendo con Dennis, y forjando una unión que traería muchos años exitosos a la editorial de Superman, y que nos dejaría obras para la historia.
Una vez en las oficinas de detective comics, y tras algunas tomas de contacto con el personaje, el editor Julius Schwartz decidió recompensarlos con la aterradora tarea de reflotar a Batman. Uno de los personajes insignia de la editorial, el cual no pasaba por un buen momento, perdido entre absurdas y bochornosas odiseas de satén y chistes para retrasados mentales, producto del éxito televisivo de la alocada y desinhibida serie de televisión. La joven pareja no solo aceptó el encargo, sino que reflotó la colección, devolviéndola al escalón más alto de la industria, y no contentos con ello forjaron las bases de lo que sería desde ese momento la mitología del murciélago antropomorfo más famoso de los cómics, con permiso del Batmite.
Dennis y Neal nos agasajaron con historias repletas de acción y aventura, y un misterio en consonancia con la serie de Scooby Doo, recordad que estaban en los setenta, y aún no habían podido superar esa marea de ingenuidad que lacraba el cómic de aquella época, salvo por contadas excepciones como las de la editorial Warren, los cómics underground, o la legendaria Metal Hurlant; pero sobre todo las historias de Adams y O,Neil contaban con esa epicidad trágica que se convertiría en el sello de la colección, y que sentaría cátedra en el género de superhéroes. Además ellos fueron los padres del Demonio, dieron a luz a Ra´s al Ghul.
Así que ya sabéis amantes de los cómics, si queréis disfrutar de un puñado de las verdaderas primeras historias de Batman, este es vuestro cómic.
Batman, los Padres del Demonio
Autores: Dennis O´Neil y Neal Adams.
Editorial: DC/ECC
Cartoné
Páginas: 272
Precio: 27 €
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